Federica Montseny Mañé, La Indomable
«Si un sueño de dominio ha habido en mí, ha sido el de reinar espiritualmente sobre el futuro por la fuerza de mi recuerdo, de mi ejemplo y de mi obra. Ahora, curada hasta de esta vanidad pueril, generosa y romántica, sonrío; al fin de todos los sueños humanos no hay más que polvo».
Los inicios
Federica Montseny Mañé, La Indomable, nació en Madrid, el 12 de febrero de 1905, en el seno de una familia anarquista y de eléctrica militancia. Su madre Teresa Mañé Miravent (1865-1939), conocida también bajo el pseudónimo de Soledad Gustavo, fue una de las primeras maestras laicas y una de las más importantes teóricas anarco-feministas del estado español. Y, su padre, Joan Montseny Carret (1864-1942), que firmó con el pseudónimo de Federico Urales, un conocido escritor y anarco-sindicalista.
La revista blanca cierra el año del nacimiento de Federica.
El nacimiento de Federica coincidió con el cierre de La Revista Blanca, publicación de arte, ciencia, literatura, sociología, política e historia que sus padres habían fundado en Madrid, en 1898. Esta etapa fue bastante compleja. El asesinato de Francesc Ferrer i Guàrdia, quien había establecido estrechos lazos de amistad con la familia, así como la encarecida persecución policial y judicial, acentuada por el conflicto con la promotora Ciudad Lineal, provocó el traslado hasta Barcelona.
Allí fue educada y formada por su madre en el modelo rousseauniano —Federica nunca fue a la escuela y aprendió sus primeras palabras a los seis años. Sin duda, los métodos utilizados, así como el ir y venir constante de gentes a la casa familiar, hicieron de ella una persona libre y crítica desde muy pronto.
En la Rosa de Foc, Federica vería pasar su juventud, establecería sus primeras relaciones personales y empezaría a militar en los movimientos anarquistas de acción.
Teresa Claramunt. Anarquista y tejedora de Sabadell.
Sus influencias fueron muchas. Además de su padre y de su madre, la comunera Luisa Michel y, sobretodo, la anarco-sindicalista Teresa Clarumunt, marcaron su personalidad y su ideología. Así lo recordaba la propia Federica en sus memorias:
He tenido una madre de carne, que fue también una maestra: Soledad Gustavo; y una madre espiritual, que fue mi fuerza, mi vocación, y es hoy el hada buena que me ha salvado y me salvará siempre de la vanidad, del engreimiento, del cansancio o del despecho: esta es Teresa Claramunt, una tejedora de Sabadell…1
Muy pronto empezó a escribir y, con tan sólo quince años, presentó su primera novela titulada: “Horas Trágicas”. Su interés por la difusión de las ideas fue fundamental para que, en 1923, la familia —ayudada por amigos y colaboradores— reeditara hasta 1936 La Revista Blanca.
A lo largo de su vida Federica escribió centenares de artículos en los que trató temas muy dispares: cuestiones sociales, teoría anarquista, etc. Uno de ellos, a los que dedicó más páginas, fue el referido a la mujer y el feminismo, término, este último, que fue combatido desde las corrientes anarquistas al ser asimilado como parte de las reivindicaciones burguesas. Así lo escribió:
No hemos sido, no somos, no seremos jamás feministas. Consideremos que la emancipación de la mujer está íntimamente ligada a la verdadera emancipación del hombre. Por eso nos basta con llamarnos anarquistas. Pero nos ha parecido que, sobre todo en España, nuestro movimiento padecía de un exceso de masculinismo: el hombre, en general, no gusta que la mujer le represente.2
En 1930, se unió al anarquista Germinal Esgleas con quien tendría tres hijos: Vida, en 1933, Germinal, en 1938, y Blanca, en 1942. Entre tanto, su vida pública nunca disminuyó, convirtiéndose en una asidua oradora en los espacios obreros de debate.
Se afilia a la CNT
En 1931, se afilió a la Confederación Nacional del Trabajo (CNT) donde, poco a poco, fue adquiriendo protagonismo. En 1936, tras el fallido Golpe de Estado, el inicio de la Guerra Civil, y la Revolución en Barcelona, Federica pasó a formar parte del comité peninsular de la Federación Anarquista Ibérica (FAI) y de la CNT en el comité nacional.
La convulsa situación llevó a Francisco Largo Caballero, Presidente del Consejo de Ministros, a proponer a activistas anarquistas para la dirección de cuatro ministerios. Así fue como obtuvieron cargos de responsabilidad —a pesar del fuerte debate interno generado entre las filas anarquistas— Juan García Oliver (Ministro de Justicia), Juan Peiró (de Industria), Juan López (de Comercio) y Federica (de Sanidad y Asistencia Social)3. De esta manera se convirtió, no sólo en la primera anarquista en un gobierno, sino también en ser la primera mujer en obtener una cartera ministerial en el estado español.
Federica como ministra.
A pesar del breve periodo de tiempo en que ejerció como tal —sólo duró de noviembre de 1936 a mayo de 1937— planteó cambios trascendentales. El más conocido, sin duda, es el proyecto de ley del aborto, pero también estableció espacios de asistencia social como comedores para embarazadas, de acogida infantil, así como liberatorios de prostitución. Su experiencia, aunque corta, le sirvió para darse cuenta de que no se podía establecer ningún cambio social a través del gobierno, y que, por consiguiente, debía ser la revolución libertaria el único camino.
En enero de 1939, se inició el largo y oscuro exilio en el seno de la familia. Federica viviría entonces unos años trágicos. El 5 de febrero, murió su madre. Tras el entierro en Perpiñán, Federica y sus pequeños tuvieron que partir hacia Banyuls, y de allí, tras ser expulsados por el prefecto, hasta Port Vendres, desde donde iniciaron el largo exilio hasta París. Atrás habían quedado su compañero Germinal y su padre Joan (que murió en 1942), quienes fueron encarcelados al paso por la frontera. La situación no hizo más que empeorar. En setiembre de aquel mismo año se inició la Segunda Guerra Mundial y con ella, la derrota de los ejércitos aliados (en junio de 1940) y la ocupación del territorio francés por las tropas nazis. El gobierno de Vichy la encarcelaría con el objetivo de extraditarla a España, pero el hecho de que estuviese embarazada de su tercer hijo lo impidió. Meses después fue desterrada a la población francesa llamada Vergt.
Ficha policial francesa
Tras la liberación de Francia fue nombrada miembro de la CNT de España en el exilio y se instaló junto a su familia en Toulouse, en 1945, donde trabajó constantemente por la reconstrucción del movimiento anarquista. Desde allí, se encargaría de editar y dirigir publicaciones como CNT y Espoir.
En todo este proceso de reconstrucción del movimiento anarquista, y con la finalidad de confraternizar con el resto de compañeros y compañeras, viajó a Suecia, México, Canadá, Inglaterra e Italia. La figura de Federica Montseny, recordada con anhelo entre viejos militantes y afecto por los nuevos, se hacía imprescindible.
Poco a poco, su vista se fue apagando, pero no su producción intelectual. María Anguera, conocida también como María Batet, quien había sido una hermana para ella, se encargó de mecanografiar las ideas y proyectos de Federica.
Tras la muerte del dictador Francisco Franco en 1975, regresó a España, en 1977, para participar en el multitudinario mitin que la CNT organizó en Barcelona con la finalidad de reorganizar el movimiento libertario. Sin embargo, todas las esperanzas se truncaron a raíz de los hechos sucedidos en la sala de fiestas Scala de Barcelona, el 15 de enero de 1978, y el intento de inculpar a CNT y FAI por la muerte de cuatro personas.
Federica en el Miting de Montjuic
España había cambiado. Federica recuerda, en una entrevista realizada en 1991, que cuando llegó encontró un pueblo totalmente diferente al que ella había dejado atrás:
La encontré cambiada, evidentemente, sobre todo, no encontré el pueblo que había dejado. Porque España era un pueblo, tenía un pueblo. Y la obra realizada por el franquismo y por esos años de represión, fue matar el espíritu de ese pueblo…
Tan sólo 3 años después, el 14 de enero de 1994, moría en Toulouse Federica Montseny Mañé. Moría creyendo que la única manera de hacer la revolución es hacerla.
Bibliografía básica:
AD. (2000). Federica Montseny, 1905-1994, Institut Català de la Dona: Barcelona.
GABRIEL, Pere (1979). Escrits polítics de Frederica Montseny, Centre d’Estudis d’Historia Contemporania, D.L.: Barcelona.
MONTSENY, Federica (1991). La indomable, Editorial Castalia y Instituto de la Mujer: Madrid.
LOZANO, Irene (2004). Federica Montseny: una anarquista en el poder, Editorial Espasa Calpe: Madrid.
RODRIGO, Antonina y Pío Moa (2003). Federica Montseny: primera ministra electa de Europa, Editorial base: Barcelona.
TAVERA, Susanna (2005). Federica Montseny: la indomable, Temas de hoy: Madrid.
Recursos electrónicos:
“Federica Montseny” (1991) es un documental de Pedro Gil Paradela que forma parte de la serie “Mujeres” dirigida por Silivia Arlet y producida por TVE.
https://www.youtube.com/watch?v=nO_Ud6BG6wc [Consultado: 23-06-2018]
1 Conferencia titulada “Acción de la mujer en la paz y la guerra”.
2 L’Espoir, 15-10-1972.
3 Los sueldos de los ministros fueron administrados por la CNT. Acordando conceder un sueldo de diez pesetas diarias, el mismo que recibieron los milicianos en las trincheras.«Si un sueño de dominio ha habido en mí, ha sido el de reinar espiritualmente sobre el futuro por la fuerza de mi recuerdo, de mi ejemplo y de mi obra. Ahora, curada hasta de esta vanidad pueril, generosa y romántica, sonrío; al fin de todos los sueños humanos no hay más que polvo».